En el silencio de la escucha
H. Javier Espinosa
Hermano Marista

El h. Emili nos decía hace unos años que “el Instituto Marista no nació de una vez por todas, sino que sigue naciendo”. El proceso vivido por la Comunidad de referencia de la Escuela Marista en sus casi cinco años de vida, ha pretendido movilizar a esa actitud de estar despiertos y atentos al paso de Dios que impulsa a nuevos comienzos, a construir un nuevo La Valla, como señalaba también el h. Emili. De aquí la mañana de retiro que recientemente experimentamos en la zona 11 de Guatemala. Espacio extraordinario que propicia la paz y la contemplación, así como el silencio de la escucha del corazón, de la mirada de los compañeros de camino, de las inspiraciones del Señor y del canto de los pájaros.
Nuestra reflexión personal, nuestra oración y nuestros diálogos se centraron en el discernimiento de cómo “vivir lo que soñó Champagnat”. Sentimos que Marcelino invita a nuestra comunidad a llenar la vida de esperanza, a conectarnos con la realidad desde los ojos de Dios, a dar respuesta a los desafíos de nuestra época con la misma firmeza, constancia y rectitud que vivió Champagnat. Nos conectamos con su perfil de buscador, de itinerante, consciente de que Dios nos quiere como somos, aunque nos sueña distintos.
En el silencio de la escucha apreciamos el camino espiritual que nos propone san Marcelino. Camino hecho de gozo en la búsqueda, de alegría en lo sencillo y pequeño, que disfruta de lo nuevo, que sabe de esperanza, que sueña utopías, que contempla estrellas en la noche, que se complace en la seguridad que da el Señor.
Con los ojos del corazón, contemplando la sólida estatua de Champagnat al final de la propiedad, así como la que presidía la sala, al lado de los niños, intuimos senderos de futuro para nuestra comunidad. Las diversas dinámicas en parejas nos ayudaron a ello. La alegría, los gestos fraternos, el almuerzo compartido, los diálogos sinceros, dieron sentido y fuerza a nuestro relato marista.
La mañana de retiro nos unió al espíritu del Capítulo General y al proceso del Forum Internacional. Como expresó el Forum, también para nuestra Comunidad, “la invitación es a soñar con otros, en comunión, en diálogo, en escucha del Espíritu y de los demás. A soñar juntos para que nuestra visión compartida de futuro sea el comienzo de la realidad que Dios quiere para nosotros. Que este sueño compartido por miles de maristas, laicas, laicos y hermanos, nos ayude a ir haciendo realidad lo que el Espíritu nos alienta: una Familia carismática global, en comunión, al servicio de la Iglesia y de todas las personas”.
Al final del retiro y como gesto de envío se nos regaló un texto de inspiración, diverso para cada uno. Me tocó el siguiente: “Que María te guíe, y Marcelino te inspire a amar sin medida”. Alejandra, la joven de la comunidad y coordinadora de la misma, además de guiar y animar el retiro, preparó este hermoso detalle final.