Maristas Puerto Rico: 60 años sembrando futuro
H. Edgardo Afanador
Rector del colegio Marista "El Salvador"

Un sueño que creció con fe y compromiso
Hace seis décadas, los Hermanos Maristas respondieron al llamado de las familias puertorriqueñas que anhelaban una educación católica de calidad. Con esfuerzo y determinación, en 1964 nació el Colegio Marista de Guaynabo, con apenas 188 estudiantes en una casa alquilada. Tres años después, en 1967, se fundó el Colegio Marista de Manatí, gracias a la generosidad de la familia Ávalo.
Desde entonces, nuestra misión educativa ha florecido, enfrentando retos y adaptándose a los cambios, pero siempre manteniéndose fiel a la visión de San Marcelino Champagnat: formar “buenos cristianos y virtuosos ciudadanos”.
Más que una escuela: una comunidad viva
Nuestra historia no se limita a las aulas. A lo largo de estos años, hemos construido una comunidad de fe donde hermanos, laicos y familias han hecho del carisma de Champagnat una forma de vida.
El Movimiento Champagnat y las Fraternidades Maristas han sido claves en este proceso, permitiendo que la espiritualidad marista sea vivida más allá de los colegios, en comunidades de fe, grupos de servicio y proyectos de evangelización. Hoy, contamos con una red de laicos comprometidos con la misión marista, reflejando la riqueza y diversidad de vocaciones en nuestra Iglesia.
60 años dejando huella
Celebramos este aniversario con gratitud y esperanza. Durante seis décadas, miles de egresados han llevado consigo los valores y la formación integral recibida en nuestras aulas, destacándose en medicina, educación, arte, política, tecnología y muchos otros ámbitos.
El impacto marista no solo se ve en Puerto Rico, sino también en el extranjero, donde nuestros exalumnos han dejado huella con su liderazgo, profesionalismo y compromiso social. Cada uno de ellos es testimonio de que la educación marista transforma vidas y construye una sociedad más justa y fraterna.
Innovación y compromiso con el futuro
Nuestro camino sigue con firmeza. Apostamos por la innovación educativa con programas como STEAM, blended learning y empresarismo, preparando a nuestros estudiantes para los desafíos del siglo XXI.
Además, fortalecemos nuestro fondo de becas, permitiendo que más familias puedan acceder a una educación marista sin importar su situación económica. También implementamos proyectos de voluntariado y colaboración con comunidades necesitadas, reforzando el compromiso social que está en el corazón de nuestra identidad.
Bajo la protección de Nuestra Señora de la Divina Providencia

Durante estos 60 años, hemos caminado como familia marista bajo la mirada amorosa de Nuestra Señora de la Divina Providencia, patrona de Puerto Rico. Agradecemos a todos los Hermanos y laicos que han entregado su vida a esta misión, y oramos por aquellos que ya no están con nosotros.
Que estos 60 años sean solo el inicio de un legado que seguirá iluminando el futuro.