El Hermano Lycarion ya es Beato: un maestro marista que dio su vida por amor
Oficina de comunicaciones
Redacción Provincial

El próximo sábado 12 de julio, en Barcelona, la Iglesia reconocerá oficialmente al Hermano Lycarion como Beato. Su testimonio de fe, entrega educativa y martirio lo convierten en luz viva para toda la familia marista.
Un maestro marista hecho Evangelio
Nacido en Suiza en 1870 como François Benjamín May, el Hermano Lycarion fue un educador marista que entregó su vida a la formación cristiana de niños y jóvenes pobres en España. Su paso por distintas comunidades lo llevó finalmente al barrio obrero de Pueblo Nuevo, en Barcelona, donde dirigía la escuela del Patronato San José.
Allí, en medio de un contexto marcado por el analfabetismo, la desigualdad y el conflicto social, el Hermano Lycarion no solo enseñaba letras y catecismo: sembraba amor, dignidad y fe con una pedagogía sencilla y profundamente humana. Se ganó el aprecio del pueblo, que lo llamaba “el hermano santo”.
La fidelidad que conduce al martirio

Durante la Semana Trágica de 1909, una ola de violencia anticlerical arrasó con iglesias, escuelas religiosas y comunidades consagradas. El 27 de julio, un falso amigo atrajo a los hermanos con promesas de seguridad. Al salir, el Hermano Lycarion fue señalado, baleado y rematado en la calle. Murió de rodillas, orando y perdonando a sus asesinos.
Un mártir del aula: ahora Beato
Hoy, más de 100 años después, la Iglesia ha reconocido oficialmente su santidad. El Hermano Lycarion será beatificado en Barcelona el 12 de julio de 2025, junto a otros mártires de la fe. Su testimonio resuena con fuerza en nuestra historia marista: fue maestro de escuela, sembrador de fe, y mártir por amor.
“Fue perseguido y asesinado por haber enseñado al que no sabe, por haber vivido el Evangelio entre los más necesitados. Su sangre es semilla de esperanza.”
¿Qué significa para nosotros?
Su beatificación es un llamado a mirar con profundidad nuestra vocación marista. Nos recuerda que el aula puede ser trinchera, y que la ternura, cuando es vivida desde la fe, también puede costar la vida. El Hermano Lycarion no empuñó armas ni discursos: amó hasta el final a sus estudiantes, y por eso fue mártir.
¿Cómo celebrarlo?
Organiza en tu colegio o comunidad una oración especial en torno al 12 de julio.
Comparte su historia en redes, aulas o espacios pastorales.
Inspírate en su vida para renovar tu misión educativa y espiritual.
📖 Puedes conocer más sobre él en este: [Link]
Que el Hermano Lycarion, ahora Beato, interceda por nosotros y por todos los educadores del mundo.